Escultora y dibujante argentina, nacida en Junín, provincia de Buenos Aires, radicada en Mar del Plata desde muy corta edad. Profesora de Artes Visuales y Técnico Ceramista, realizó numerosos cursos de perfeccionamiento artístico y docente en el país y en el exterior, España, Italia, Grecia, Alemania, Bélgica, Brasil y Uruguay en 1980, 1982, 1997, 1998 y 2001........(lee mas sobre esta artisSe perfeccionó en el taller del maestro Hidelberg Ferrino desde 1975 hasta 1997, trabajando en común obras monumentales y menores. Realizó numerosos cursos y seminarios de arte y ciencias de la educación en distintos puntos del país . Participó en encuentros provinciales y nacionales de Muralistas, recibiendo distinciones. Participó en numerosas exposiciones de cerámica , dibujo y escultura en la ciudad e interior , inclusive en los "Panoramas de Arte Marplatense" organizado por el Museo de Arte "Juan Carlos Castagnino" de Mar del Plata, Casa de Moneda, Buenos Aires, Salón de Tucumán, etc. Creó el Taller de Arte "Ferrino" y el Taller de Arte Infantil “Caracol”, los cuales dirige actualmente y desde sus comienzos. Creadora del " Plan Educativo de Escultura 2000 para Ciegos y Am-bliopes" actualmente en funciones. Organizó numerosas exposiciones de escultura y dibujo individuales y colectivas. Realiza intensas actividades culturales, docentes y artísticas. Posee obras en sitios públicos y en colecciones privadas.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Gigantes y Cabezudos


Como el veinticinco por ciento de mi ancestro es vasco, tal vez de allí se explique mi debilidad por España. Y los recientes festejos en Bilbao, me han hecho recordar la atracción irresistible que produce la festividad de los gigantes y los cabezudos

Estos gigantes y cabezudos son una tradición popular celebrada en muchas fiestas locales de España, especialmente de Euzkadi, el país vasco. La tradición consiste en sacar en desfile ciertas figuras a hombros, que normalmente representan a personajes populares locales o a figuras mitológicas, bailando y animando o persiguiendo a la gente que acude a la celebración.Las figuras están realizadas en cartón-piedra o poliéster (o, más recientemente, fibra de vidrio) con un armazón de cañas, madera, hierro o aluminio que se cubre con tela. Los "gigantes" (llamados gigantones en parte de España y gigantillas en Santander) tienen una altura desproporcionada, creando un efecto de nobleza, mientras que en los "cabezudos" (también llamados kilikis), de menor altura, se destaca la proporción de la cabeza, dando un efecto más cómico. También existen los "caballitos" (llamados "zaldicos" en Navarra), personajes mitad caballo (la cabeza, parte del disfraz) mitad humano, el resto del cuerpo.Los desfiles de gigantes y cabezudos se suelen organizar en comparsas.El origen de la tradición data de la Edad Media. Las primeras referencias escritas datan de 1201 en Pamplona (Navarra, país vasco) con tres gigantes que representaban a tres tipos de oficios: un leñador, una cocinera y un minero. Solían salir en la procesión de San Fermín. Más tarde, la tradición de  los gigantes fue esparciéndose por España y el mundo entero.






En Mar del Plata existe el Centro Vasco, una entidad de rancia alcurnia por su edad y por su calidad institucional y la de sus eventos culturales. Para los grandes desfiles marplatenses (que ya murieron, como tantos festejos tradicionales en nuestro país) hemos tenido que confeccionar un Gargantúa giganteco, personaje mitológico de Euzkadi, que se paseaba año tras año sentado en su carroza siempre hambriento, y los desfiles debían detenerse a cada rato porque dos vascos, vestidos de cocineros, sobre la mesa del gigante, metían a la gente por la boca, que Gargantúa masticaba con exclamaciones de placer y ruidos de gases al despedirlos mediante un tobogán interno, por el que salían por el trasero, para deleite de los chicos, que esperaban con ansias la llegada del gigante formando larguísimas filas.
Cuando el triunfante mundial del '78, Gargantúa paseó una vez más, llevando a sus pies, saludando a todo el mundo en medio de ovaciones, a Ubaldo Matildo Fillol y a César Luis Menotti. En ese desfile el gigante no usó la tradicional camisa blanca con chaleco de cuero, sino la camiseta de la selección, confeccionada por las laboriosas mujeres vascas del Centro.

Desaparecidos los desfiles marplatenses, el Gargantúa duerme en la sombra del olvido, guardado en el galpón de uno de los miembros más importantes del Centro Vasco...

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