Les cuento, como les prometí, sobre el paseo que hicimos a Tierra Santa. Yo cumplí con mi propósito muy antiguo de llevar a mi hermana Liliana a ese lugar que sabía que le iba a gustar.
No quiero dejar de mostrarlo porque es un placer saber que tenemos un lugar tan bueno, que nada tiene que envidiar a los parques temáticos del mundo...
Ya en la entrada nos recibieron con glamour, aunque nos llamó la atención el sexo femenino de los ángeles de la bienvenida, cuando se suponen que tales seres son asexuados.
Mientras esperábamos que abrieran los portones había afuera, en la fachada, un anticipo fantástico de lo que veríamos adentro
Mi hermana, ni bien entró, ya estaba encantada. Todo le hacía pensar que estaba, en efecto, en Medio Oriente.Cuando conocí Tierra Santa hace seis años, había sólo un túnel-corredor, ahora hay tres, todos distintos, el parque temático está muy mejorado, extraordinariamente mejor, perfeccionado y ampliado, con numerosas construcciones nuevas y muchos elementos más
Un placer meterse en las edificaciones, casas pobres, casas ricas, casas de romanos, de prestamistas, de obreros, baños públicos, anfiteatros, templos, cárceles, cocinas, salones, no faltaba nada, ni los utensilios!
La primera función fue el Pesebre, con efectos de luces, un narrador en off, figuras que se mueven, música, reyes magos que se arrodillan, María que se inclina sobre el bebé, cielo con estrellas titilantes...
Gran realismo del camellero mezclado con los pastores del Pesebre.
En uno de los sitios, un gigantesco medio torso de Jesús se presta para ser llevado como recuerdo fotografiado.Una de las cosas que más me gustaron, que siempre me gustarán: la diversidad de creencias, todas juntas en un mismo sitio. Martín Lutero tenía su casa, Gandhi también, la Madre Teresa, Salomón... Todos juntos! Un canto de tolerancia y de paz
En la casa judía, habían varios Menorah, estaba la Torá, la Estrella de David, cada una con su historia debidamente presentada en carteles a tono.
En la mezquita árabe un cartel rezaba a la entrada: "Si desea visitar el interior, por favor, quitarse los zapatos, la mezquita debe ser un lugar limpio, puro y perfumado". Nos miramos con Liliana de reojo y nos dijimos al unísono: "Yo quiero ver una mezquita!" Así que nos sacamos los zapatos y entramos con respeto: nos fascinó su interior! Brilla!
Un gran tapiz tipo esmirna nos mostraba el ramadán en la Meca y las mujeres tenían, para orar, un lugar aparte, atrás, separado por un biombo de esterilla.Dicho sea de paso, antes de que me olvide, Tierra Santa tiene el Muro de los Lamentos! Para mí es subyugante estar frente a él, lleno de papelitos con deseos que, al decir de los carteles, se juntan periódicamente y se llevan a cada tanto tiempo al Muro de los Lamentos original... Qué maravilla...
El personal viste con ropas de época, nada desentona. Los hombres son legionarios romanos o franciscanos, las mujeres tienen ropas de distintas épocas y etnias mediorientales. El realismo de las figuras fijas caracterizadas puede llegar a ser impactante. Nos han invitado con dátiles
...nos sirvieron una copa de vino tinto...
2 comentarios:
Espectacular Ely....seria bueno pasar la direccion a los lectores.
Como no, Norma, Tierra Santa está en la Costanera Norte, pegadita al aeropuerto Jorge Newbery. Varios colectivos llevan allá y paran en su puerta.
Algo interesante es saber que los jubilados y los estudiantes, con carnet o recibo de jubilación, pagan la mitad de la entrada.
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