Mayo de 2008
El antiguo Hotel Provincial de Turismo Belén es ahora el Hotel Belén a secas, una institución que sigue dependiendo de la provincia de Catamarca pero en acuerdo con manos privadas que le dieron un impulso extraordinario. Cambiándole estructuras y agregándole mejoras, fue decorado totalmente con diseños incas y diaguitas en todos los rincones
El Museo de Arqueología Condor Huasi les presta una gran cantidad de piezas valiosísimas que se lucen en prolijas vitrinas con sus correspondientes rótulos que las clasifican.
El piso de todo el hotel muestra un diseño renovador altamente representativo. Se abrieron infinidad de ventanales que muestran el cinturón de cerros que rodea la ciudad.
La pared de la escalera que da a las habitaciones altas exhibe un relieve en una composición muy artística y simbólica
Lamento tanto no haber llegado a fotografiar los baños, pasillos y las puertas, porque todo tiene grabados en el revoque, las puertas tienen sus números en hierros forjados acompañados de diseños aborígenes y los baños están revestidos con piedra belicha bien salvaje, como las pircas, además de tener cristales divisorios, pisos de madera, mesada y vanitory de piedra rústica color crema, todo muestra un exquisito trabajo de decoración de primer nivel.
Hasta en el comedor se extienden las enormes vitrinas que muestran las distintas culturas de la zona, Belén I y II, Condorhuasi, Santamaría, Ciénaga, Aguada...
Todo es piedra, luz y diseño, de la mano del confort, TV con cable, internet, aire acondicionado en todas las habitaciones, sala de juegos con mesas de ping pong, billar, salón de usos múltiples (el Auditorium Shincal), y un gran parque con cardones y plantas de la zona. Hay alas que aún están siendo terminadas en su remodelación
En el parque, afuera, bajo el techo de cañas que tamiza el sol, esperamos a la combi que nos llevaría a recorrer los distintos circuitos.
El transporte propio del hotel nos llevó a lugares para mí recordados de hace 25 años, y para el resto del grupo fue un mundo por descubrir.
Quien vaya a Belén verá que la ciudad ha crecido en emprendimientos, mas no en tamaño, puesto que los cerros que la rodean no se lo permiten demasiado. Pero el visitante podrá ver que sigue siendo una zona en donde el progreso no contamina la belleza del lugar sino que la respeta y, además, acentúa su impronta única.
Elizabeth
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